Por Avelino Zurro.
Cinco de Julio. Punto de encuentro: Manuel Estrada número 1621, Santos Lugares, dirección del gimnasio donde entrena Yamil Peralta. Cinco de la tarde es el horario pactado, ingreso exactamente diez minutos antes. Yamil no ha llegado. Dentro del gimnasio espero al ex olímpico mate mediante con dos boxeadores que están por entrenar: Maxi Guerra y Yoel Peralta. Mientras mateamos para paliar el frio invernal, los temas del boxeo pasan unos tras otro: salir a correr, la vuelta de Chucky Verón, la calidad de los guantes Cleto Reyes.
Se abre la puerta, pero no era Yamil. Era Juan Ignacio Martínez, responsable del lugar, quien se sumó a la ronda de dulces y cuenta el entusiasta proyecto que tiene entre manos para el gimnasio. Habló de inclusión social, hospedaje para atletas y el sueño de construir una especie de centro deportivo integral.
Un nuevo movimiento en la entrada me permite ver al entrevistado, quien llega junto a su entrenador, Patricio Tedesco.
Mientras Yamil deja el bolso, Patricio me va contando la diagramación del entrenamiento, y cómo ve a su dirigido para el debut.
Listo el entrevistado para la nota.
Nos sentamos en unas banquetas en la recepción del gimnasio y arrancamos la charla.
Primer dato distintivo. Tatuajes en los brazos con sus dos citas olímpicas. En el izquierdo, Londres 2012 y en el derecho, Rio de Janeiro 2016.
El grabador recibe la primera pregunta: ¿Por qué no Tokio 2020? Yamil nos cuenta que llevaba más de 8 años en la selección y para él ya era mucho tiempo. Más teniendo en cuenta que entre los 21 y 23 años en promedio, es la edad para convertirse en profesional en Argentina y tener el tiempo suficiente para hacer una buena carrera.
"La selección me dejo un gran recuerdo, mucha experiencia ganada y la posibilidad de viajar por todo el mundo. Entre países que visité, y algunos en que hice escala, en total estuve en 32."
En Londres 2012 estuvo muy cerca de lograr una medalla. Perdió un combate parejo, con un arbitraje muy polémico. Su rival, el búlgaro Tevel Pulev, terminó con la medalla de bronce en dicha competencia. Hoy el europeo es profesional y tiene un record de 11-0, con 10 k.o. ¿Posible revancha en un par de años?
En el 2013 fue medalla de bronce en el Mundial de Almaty, en Kazajistán, perdiendo en fallo dividido, con Aleksei Tischchenko, doble campeón olímpico.
Le quedó la espina por lo ocurrido en Londres 2012 y probó en Río de Janeiro, pero las cosas no salieron como las planeó ya que perdió con el cubano Erislandy Savon de manera inapelable. Éste fue el rival que más complicó a Yamil durante el amateurismo. Prometió varias veces ganarle, pero nunca pudo.
Le comento que sus derrotas fueron con boxeadores medallistas olímpicos o podios en mundiales, a lo que responde que para él son derrotas por igual, que las recuerda a todas porque es desde donde más aprendió.
En el recuento de los rivales de fuste, piensa que estuvo de igual a igual con todos, y agrega que son boxeadores que se forman y desarrollan en estructuras ideales, donde no les falta nada para un buen desarrollo profesional. Mientras que en Argentina, hubo periodos en los cuales era complicado viajar para poder medirse con los mejores.
Hay una victoria de Yamil que no tuvo la trascendencia periodística que merecía. Ocurrió durante el preolímpico desarrollado en la Sociedad Rural de Buenos Aires, en el año 2016, clasificatorio para Rio de Janeiro. En la semifinal de dicho torneo venció al norteamericano Cam Awesome. Esa victoria le dio la clasificación a la cita olímpica. Su vencido es ni más ni menos que una leyenda dentro del boxeo amateur en Estado Unidos. Awesome, además de ser el capitán de la selección del país del norte, fue cuatro veces campeón nacional y tres veces ganador del prestigioso torneo Guantes de Oro, entre otros títulos.
Y resuena algo, una y otra vez en Yamil… la importancia de viajar, medirse con los que siempre llegan a las finales de campeonatos, darse cuenta que es necesario enfrentarlos, ya que eso obliga a hacer cosas nuevas, y remarca; "lo que uno ya tiene, en muchas ocasiones, no alcanza."
Resalta lo difícil que es encontrar un sparring de su misma categoría. Recuerda haber guanteado mucho con Brian y Alan Castaño, en su época de selección, que a pesar de la diferencia física, le servía para aprender a boxear y a desarrollar velocidad.
También el guanteo llegó con los profesionales Patricio Pitto, Julio Domínguez y Víctor Emilio Ramírez. Esas prácticas con rivales mucho más experimentados y potentes, le garantizó nada más ni nada menos que el aprendizaje de poner fuerte las manos.
Dentro de su recorrido el mejor lugar para trabajar con sparrings lo encontró en Cuba, donde hay muchísimos boxeadores de más de 75 kilos, que poseen experiencia, buena escuela boxística y la contextura física apropiada.
A pesar de que en los últimos años en el amateurismo se combatía sin cabezal, Yamil hizo gran parte de su carrera amateur con esa protección para la cabeza. Ahora ya no lo utilizará, pero toma todos los recaudos necesarios para que su guardia esté bien cerrada y los brazos lo más cerca de la cabeza. La costumbre tan propia de tener la guardia baja, se debe a que toda su vida guanteó con rivales más chicos físicamente; eso le llevo a adoptar ese estilo, que a la postre le da una distinción especial, que se desprende magníficamente de una circunstancia. No obstante es una cuestión que está trabajando con su técnico, realiza constantemente y con tenacidad ejercicios con pesitas y manos arribas para transformar esta cualidad y modificar esa posición. Dice que no está en sus planes abandonar el estilo olímpico de boxeo, mucho movimiento de piernas, entrando y saliendo rápidamente para no transformarse en blanco fácil.
Peleará en la categoría crucero (90, 700 kg). Quiere estar rápido y fuerte. Cubierto y alerta. Y agrega apasionadamente que "un piñazo cambia la situación, tratar de estar al 200 por ciento, es vital en esta etapa."
Comenta la noticia respecto de la fecha de debut que si bien no es exacta podría ser dentro de dos meses. Señalo la campaña de su compañero de selección, Alberto Melian que disputó en título Argentino súper gallo en la segunda pelea como profesional. Yamil afirma que quiere pelear con todos los que están en su categoría, que no tiene problemas en enfrentar rápidamente a los mejores, y si en esas peleas llega un combate por el título crucero, mucho mejor.
Le pregunto cómo lleva la relación con Pato Tedesco, ya que es sabido que los une además una entrañable amistad, responde de manera categórica que en el gimnasio se entrena de manera muy profesionalizada, a fondo todo el tiempo y separando el afecto que los une.
Cuando se le consulta si le gustaría combatir en EE.UU o en Europa, responde que sí, pero nos aclara que la mayoría de su campaña fue afuera del país por lo que le encantaría pelear primero en Argentina para que toda la familia y amigos lo vean, en festivales donde pueda venir toda su gente: "Que ellos puedan verme pelear."
La cuestión familiar es muy importante para Yamil. Yoel su hermano hace un par de semanas, debutó con un triunfo en el profesionalismo. Le señalo si Yoel ha incorporado cosas de él y por primera vez Yamil se emociona, hay ojos mojados y un rostro que habla de su sensibilidad, baja la guardia y reconoce que ha tomado cosas de su hermano; sobre todo el sacrificio que se le planta en forma de espejo y lo moviliza. Ese sacrificio le enseñó mucho. Entonces una y otra vez recurre a una única clave entrenar, "y así todo va a salir bien." Conseguir un título argentino y todos los títulos posibles. Salir adelante. Y en ese momento-espacio sensible aparece un lamento, el de no haber debutado en el profesionalismo hace un año y medio, pero no lo amedrenta en el decir, rápidamente se reincorpora y afirma que le tiene que dar masa a la bolsa. Otra vez… entrenar. Entrenar… entrenar.
"Cuesta un montón que esto valga la pena. La familia hace mucho sacrificio. Si no está la familia, es muy complicado."
Se lo nota muy concentrado, con ganas de crecer, y lo irrumpe un recuerdo; su etapa de la selección y el maestro cubano Sarbelio Fuentes. Vuelca en la charla muchas anécdotas, pero hay una especial: cuando el entrenador le contaba sobre Félix Savón y Teófilo Stevenson, múltiples campeones olímpicos cubanos de peso pesado. Fuentes le enseñaba a Yamil que la mejor edad para la máxima categoría es a partir de los 26 años, momento en que los huesos y la estructura ósea están en perfectas condiciones para los boxeadores de cuerpos grandes en la alta competencia, y que les permite extender su carrera hasta los 40 años aproximadamente.
Revisando la edad de los últimos campeones profesionales no podemos más que darle la derecha al entrenador cubano. Ejemplos como: George Foreman, Lennox Lewis, Evander Holyfield y los hermanos Klitschko.
Cerramos la nota, preguntándole si en este momento, con el debut a corta distancia y con un entrenamiento tan fuerte, le ganaría por primera vez a Erislandy Savon.
Yamil decide callar.
"Muchas veces dije que le iba a ganar y nunca pude, ahora no voy a decir nada".
Una muestra que la joven promesa extrovertida de la selección argentina, le dio paso a un hombre, con responsabilidades y con muchas ganas de pisar fuerte en el profesionalismo.
Se callan también nuestras palabras en la carrera deportiva de Yamil, ahora contestará con hechos, y los esperamos.