Por Avelino Zurro.
Federico Balmetti es el responsable del club de boxeo Pura Sangre. Sus instalaciones se encuentran sobre la calle Murguiondo número 1973 dentro de la sede del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Carne en el barrio de Mataderos.
El siete de enero hicimos la entrevista con Balmetti, a solo cinco días de que su pupilo Antony "Carbón" Pérez, se presentare en el festival organizado por Marcos "El Chino" Maidana en Mar del Plata. Es sabido que los días previos a un combate, en los gimnasios, el ambiente para entrenar y afinar detalles se torna más serio y todos tratan de enfocarse en eso. Tanto los que participan del festival como los compañeros que alientan para que todo salga conforme lo planeado. Es por eso que destacamos la generosidad de Federico ya que se brindó por completo al reportaje. Aquí van sus respuestas:
¿Cómo llegaste a ser técnico?
Seguí mis sentimientos. Estoy con el boxeo desde que tengo diez años, edad en que mis viejos me regalaron una bolsa y guantes. A partir de ahí no paré más y a los catorce ya entré a un gimnasio.
Laboralmente me desarrollé en el rubro de la gastronomía y hotelería. De un día para el otro, sintiendo mi infelicidad laboral, renuncié al trabajo de mozo que tenía en un restaurante muy distinguido. Dejé de lado un sueldo muy alto, tal vez como lo que cobraba un médico en ese momento. Ahí estuvo mi quiebre para empezar a vivir dedicado al boxeo.
La primera experiencia la hice en Villa Cildañez, transmitiéndole mis conocimientos a los pibes de la calle. Por mi pasado, complicado y duro, arranqué las clases con chicos en situación de vulnerabilidad. Quería brindar algo a mi barrio, dar lo que yo no pude recibir en su momento. Compartir lo que sabía de boxeo. Por supuesto que era gratis y a pulmón, para gente sin acceso a muchas cosas.
Mi primer grupo de alumnos tenían entre cinco y doce años. No tenía materiales para trabajar. NI guantes, ni vendas, menos bolsas. Se cubrían las manos con las remeras. En ese entonces hubo una acción, un momento, que fue el punto de partida de todo. En un ejercicio, un nenito de unos cinco años practicaba gancho al hígado contra uno de once. En una repetición el más pequeño la ejecutó tan bien que noqueó al más grande. Al ver lo sucedido, se me prendió fuego la piel con el desarrollo de esa acción y el germen del entrenador me había aparecido.
Pasado un tiempo llegué al gimnasio del club Alvariño, que hoy en día esta derrumbado por una tormenta desde el 2012. Ahí empecé dando boxeo recreativo, ya que la gente del club había visto mis clases en la calle. Para eso lo primero que hice fue ir a la Federación Argentina de Box (FAB) para hacer el curso de entrenador y sacar la licencia correspondiente.
¿Tratas de sumar algún tipo de conocimiento para mejorarte como técnico?
Siempre hice de todo. No solo como técnico. De base tengo el curso y título de entrenador de la FAB. Además me formó mucho el ex campeón argentino Alberto "Ardillita" Aranda. Hice el curso de AIBA para ser entrenador de una estrella (One Star Coach) y me di cuenta que con eso no alcanzaba. Por eso sumé cursos de Cutman (cura heridas), psicología del deporte y otros brindados por ex campeones del mundo como Marcelo Domínguez y Mariano Carrera, que en diferentes modalidades transmiten todos sus conocimientos y experiencias vividas. Eso tampoco alcanzaba e hice cursos de: preparador físico de alto rendimiento, psicopedagogo, personal trainner y coaching ontológico. Tengo seis o siete títulos que me ayudan a ser técnico de boxeo y pienso seguir.
¿Tenés tu manual para la formación o entrenamiento y lo cumplís a rajatabla o podés optar por otras fórmulas si la ocasión o el boxeador así lo requieren?
Todo debe ser flexible. No hay un "abc". Depende del tipo de boxeador con su personalidad y capacidades. A eso le sumo mis herramientas y se planifica el entrenamiento. Cuando arranqué creí que el boxeador se formaba de una manera u otra. Con el tiempo y la experiencia me fui dando cuenta que los boxeadores tienen sus maneras y sus tiempos. Voy aprendiendo constantemente de los que saben, de los que no saben, de los que están en el boxeo y de los que están fuera del boxeo. El librito se va modificando permanentemente. Te vas adaptando a las situaciones y a los crecimientos. A medida que crecen los boxeadores, vos también lo haces. Modificas los trabajos, los planteas de otra manera. Soy completamente flexible.
¿Qué tres cosas fundamentales son las necesarias para que una persona que entra a tu gimnasio se transforme en boxeador?
La primera, que tenga sangre. Si no tiene sangre y no viene con ganas de pelear, no creo que pase la puerta del gimnasio. Podrá mirar o hacer recreativo, pero no viene para pelear. La segunda es que aguante. Si no aguanta, por más que tenga sangre no va a poder. Y la tercera es que su dedicación y pegada sean respetables. Sin esas tres cosas no hay boxeador.
¿Cuál es el tipo de boxeador que más te gusta entrenar: noqueador, estilista o estratega?
Primero déjame aclarar que, cualquiera sea la habilidad del boxeador, mientras que tenga las tres características señaladas en la pregunta anterior, yo lo entreno. Si quiere entrenar y tiene las tres características, no hay problema. Ahora en base a estos tipos de boxeadores que me nombraste, creo que me da lo mismo, siempre y cuando sea buena persona y tenga ganas de entrenar.
¿Qué característica le imprimís a tus boxeadores y es tu marca registrada?
Es una pregunta difícil. La marca registrada que uno aplica la debería definir alguien que lo mire desde afuera. Pero hay ciertos rumores por ahí que afirman que somos un club a respetar porque siempre salimos a dar todo. Nuestra marca registrada termina siendo que subimos al ring a matar o morir.
¿Qué boxeador argentino de cualquier época te hubiese gustado entrenar?
Alberto "Ardillita" Andrada. Tal vez otro elegiría a Maidana, Matthysse o Monzón, pero yo elijo a mi amigo.
¿Ténes algún referente argentino o extranjero en la Dirección Técnica?
Mario Gómez y el Colorado Fernández son los mejores de Argentina. Esto lo digo desde hace más de seis años. Son mis pasos a seguir y mis ejemplos. Como manoplero sigo a un muchacho de Córdoba, su nombre es Emanuel. También tengo dos referentes más pero lamentablemente no están más entre nosotros. Uno es Amílcar Brusa, por su manera de pensar y acompañar al boxeador. Y el otro es Cus D´Amato con su frase sobre Tyson: "el boxeador es una llama que cuando te viene prendida hay que hacer de eso un incendio imparable".
¿Recurrís a You Tube u otra red social para ver entrenamientos dirigidos por Técnicos como Freddie Roach, Robert García o Eddy Reynoso?
Veo todo. Hoy estuve viendo a este Técnico cordobés de nombre Emanuel, que lamentablemente no recuerdo su apellido pero es muy bueno trabajando con las manoplas. Miro mucho a Freddie Roach. También miro todo lo que hay de las Selecciones Rusas de boxeo. Miro mucho de acá, les pregunto a todos mis colegas. Siempre algo se puede sacar. Soy muy abierto a la recepción de conocimiento.
¿En los boxeadores jóvenes hay que trabajar en el aspecto educativo?
Uno tiene que ver para que está el boxeador y también lo que uno pretende de sus pupilos. A los adolescentes que vienen al gimnasio, si el entrenador no tiene ciertos elementos de pedagogía o coaching, mucho no lo va a poder ayudar. Están en la edad más difícil del ser humano. Es la etapa entre criatura y ser un hombre o mujer. Después el boxeo como deporte profesional a veces no lleva a formar personas, sino solo luchadores. Según lo que uno crea que necesita la persona. El sentimiento que tengo es que es más que necesario. Cualquiera aprende a caminar en un ring o a lanzar golpes, pero a muchas personas les cuesta comportarse dentro de ciertas reglas. Por eso, para la gente que viene a este gimnasio y del lugar donde vengo yo, lo más importante es enseñarles a ser personas de bien.
¿El boxeador amateur o profesional puede desarrollar una actividad laboral o educativa a la par de la deportiva?
Si no puede, va a tener que poder, porque no le queda otra. Aquel que dice que no puede es un negado. Todos los boxeadores con los que trabajo son personas que tienen un empleo, además de ser boxeadores. No se puede de otra manera, es el sistema, las políticas de Estado que tenemos en la Argentina que no fomenta el deporte. Esto no es Rusia, ni Estado Unidos, ni Canadá o Japón. Acá al deportista no se le paga como corresponde, no se los premia. Entonces, pueda o no pueda, va a tener que poder. Tiene que poder.
Si un boxeador por distintos motivos se estanca en su carrera, ¿qué decisión tiene que tomar el entrenador respecto de ese deportista? ¿Se lo alienta a seguir sin importar el resultado deportivo o se prioriza la salud y se le indica el final de su carrera u otra opción?
Depende de las circunstancias del boxeador. Si el estanque es por la salud del deportista, no se duda ni un segundo. Se le dice que la carrera se terminó, no hay plata ni nada que recupere la salud perdida. La vida tiene una vueltita sola en la calesita y no hay segunda sortija. Este deporte no es para joder. Si el estanque es técnico o táctico o es simplemente una etapa de vida que no le permite seguir; según la etapa de la carrera del boxeador y las necesidades económicas que tenga, será el momento en que vuelva y ante qué tipo de rival puede volver. A propósito de la pregunta que me hiciste, quiero agregar algo que me quedó de Carlos Martínez, gran entrenador de la FAB, que me dijo una vez: "el boxeo es para el que lo necesita". Todo el sufrimiento que hay que vivir por lo poco que se les paga, realmente es como dice Carlos, es para el que lo necesita. Por eso te digo, el estanque depende de las necesidades. Con lo único que no permito que siga o que vuelva es con cuestiones relacionadas a la salud. Con eso no hay vuelta.
¿Cuál es el mayor logro al que aspira un entrenador?
En principio solo quería entrenar boxeadores profesionales. Como me empezó a ir bien, quería tener campeones del mundo, una especie de Amílcar Brusa con muchos títulos para mis boxeadores. Después me di cuenta que lo único que quiero es mejorar la vida de mis amigos y de los boxeadores que formo. Con eso me alcanza y me sobra.
¿Es una profesión redituable?
Para nada. En lo absoluto, es negativo en lo económico. No ganas dinero. Partimos de la base que el boxeador gana muy mal. De eso va un porcentaje al entrenador, así que imagínate lo que nos toca. No hay manera de equipar lo que hacemos de esfuerzo, de capacitación. La cantidad de días, horas y años que uno deja en esto sin rédito económico es impresionante. Esto es por amor.
Definí a Federico Balmetti como entrenador.
¡Qué pregunta! Muy pocas veces me quedo sin palabras. Soy una persona hecha para hablar. Pero la respuesta para definirme tiene que ser desde afuera. Un pupilo, un periodista o la gente del boxeo.