Por Avelino Zurro.
Agustín Quintana respondió nuestras preguntas referidas a distintas etapas de su vida como boxeador y sobre las circunstancias que la rodean.
Su participación en otros deportes, su creencia religiosa, la cuestión laboral y su vinculo con Fernando Albelo, entre tantos otros temas, para conocer a uno de los protagonistas del boxeo nacional.
Después de su gran presentación en el día de ayer, venciendo por knock out en el séptimo asalto a Claudio Daneff, por el título latino ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), compartimos la visión sobre el boxeo nacional y sus circunstancias que tiene Agustín Quintana
¿Qué te llevó a practicar boxeo?
Quería empezar a hacer algún deporte de contacto. Cuando vivía en Solano, cerca de casa, tenía un gimnasio de boxeo y así arrancó todo.
¿Practicabas algún otro deporte?
Si, hice varios, el último antes de boxeo fue rugby. Jugué al vóley y participé en torneos. Pasé por el fútbol y el básquet, en la colonia de verano. Competitivo hice gimnasia artística, que gané varios trofeos y también natación.
¿Quién fue tu primer profesor de boxeo y cuál fue su primera enseñanza?
El primer profesor de boxeo que tuve fue Iván Isfran, boxeador profesional de Pedro 'Ringo' Franco. Me dio un consejo que lo vengo trayendo y me va a durar por el resto de mi vida: 'vos un día vas a ser muy bueno, pero tenes que seguir así con tu humildad, siempre saludando a todo el mundo, respondiendo mensajes a quien te hable, siempre humilde'.
¿Tenes algún familiar vinculado al boxeo?
No tengo, que yo sepa. Creo que había un primo lejano de mi papá que andaba bien como profesional, pero no conozco su historia.
¿Cuánto tiempo hiciste boxeo recreativo?
Hice muy poco con el profe Isfran y después en el mismo gimnasio pasé al turno competitivo con Osvaldo Falcón. Habré hecho recreativo uno o dos meses con dos o tres guanteos y ya quería competir.
¿Pensas que la gimnasia artística te aportó algo al estilo de boxeo que tenes?
Puede ser un poco de todo lo que hice. Al hacer tantos deportes uno tendrá facilidad para aprender ciertas cosas. Pero específicamente sobre la gimnasia, no tengo algo claro sobre ese tema.
¿Cuántos años fuiste boxeador amateur?
Debuté como amateur a los 15 años y a los 19 ya había sacado la licencia profesional, pero debuté a los 20.
¿Cuáles fueron tus rivales más importantes en el amateurismo?
La pelea más importante con cabezal que se usaba cuando era menor de 18, fue con Jonathan Barrientos de Huracán, por el título de la Liga Metropolitana. Después de esa nos enfrentamos en dos peleas más. Sin cabezal, participamos en el torneo de Las Estrellas y en el torneo Desafío que fue en Uruguay. La primera que hago sin cabezal, esta en YouTube y fue con Yoel Balbuena, un peleón. Las tres peleas que hice para ganar el Nacional de Salta fueron muy buenas. Las tres últimas antes de pasar al profesionalismo. Una fue ante el representante del Chaco, después contra Matías Montesino y la final ante el salteño que era local, fue el amateur más duro con que combatí.
¿Ibas al colegio mientras eras boxeador amateur?
No iba al colegio, no tenía la oportunidad. Tenia mucho viaje desde Solano a Almagro. Tenia que hacer algo para bancarme el transporte, las comidas y otros gastos. Para eso empecé a dar clases en dos o tres lugares y con eso me alcanzaba para mantenerme. Lo hice durante cinco años, daba clases y me quedaba en Capital. Después me fui a vivir con mi papá a San Cristóbal, a los 22 años.
¿Trabajabas mientras eras amateur?
Mientras entrenaba en Solano trabajé e iba a la escuela, en ese momento pude hacer todo. Cuando pasé al Almagro no pude ir más a la escuela por lo que te contaba antes de los viajes. Cuando estaba en Solano trabajaba con el que era mi técnico, Osvaldo Falcon. Estaba con él de 8 a 12 y me enseñó a hacer mesadas. Salía de ahí, me iba a mi casa para después entrar al colegio hasta las 5 de la tarde. A las 6 arrancaba a entrenar en el gimnasio hasta las 8. También trabaje los fines de semana en la feria de Solano y ayudaba a mi mamá. Esas eran mis opciones de trabajo y de las que aprendí.
En tu etapa de amateur ¿admirabas algún boxeador argentino?
Si, me gustaba Maravilla Martínez que estaba en su mejor momento.
¿Por qué fuiste a entrenar al Almagro Boxing Club?
Porque en un festival que iba a pelear, me lesioné y no pude participar. Pero lo fui a ver porque era en Solano. Debutaba como profesional Karen 'La Burbuja' Carabajal y también peleaban tres o cuatro chicos del Almagro. Cuando los vi, eran todos buenos y pensé que no podían ser todas coincidencias, tienen que tener una buena escuela. Entonces pensé que, si algún día tenía la oportunidad, me gustaría entrenar ahí. Pasado un tiempo ubiqué el lugar y empecé a entrenar en el Almagro.
¿Qué significó consagrarte campeón Nacional en Salta?
¡Que lindo momento, que satisfacción! Fue una semana muy dura porque el lugar en el que estábamos no era muy cómodo. Dormíamos los veinte chicos en la misma habitación, había muchas camas cuchetas. Pero nos adaptamos bien, tranquilos. Sentíamos un clima de que la gente estaba en contra de nosotros, en el colectivo de vuelta al lugar donde parábamos, los otros chicos cantaban canciones de cancha en contra nuestra. Por suerte estaban los profes que nos acompañaban que supieron manejar la situación. Tal vez era como un juego para ellos porque después nos saludaban como si nada. Más allá de eso y la presión de dar la categoría casi todos los días, para pelear tres veces en la semana, pudimos sacar como 5 campeones de los 6 o 7 que llevamos. Fue una satisfacción enorme como para venir de Salta y hacerme profesional. Y así fue, el 24 de marzo del año siguiente debuté en Racing y ya estaba en el ruedo.
¿Por qué motivo decidiste hacerte profesional con 19 años?
Siempre soñé con tener muchas peleas profesionales como Julio César Chávez o Manny Pacquiao. También porque le había hecho una apuesta a un amigo de que me hacia profesional antes de los 20. Me acuerdo que fue por $ 100. Me la pagó después de la pelea cuando debute, jajajaj, cómico, pero así fue. Creía que era el camino más difícil pero el que me iba a acercar más al objetivo que yo tenía.
Mientras eras amateur ¿Con que profesionales guanteabas? ¿Cómo te iba en los guanteos?
Guanteaba con Juan Velasco y con los chicos más pesado del Almagro que andaban muy bien. Los de 69 kg, como Camilo Yanes y Rolando Colina, estaban en un buen momento. Siempre en el club cuando no había pandemia, parecía una excursión. Iban boxeadores de todos lados: Huracán, Leopardi, Comunicaciones, Villa Rafo, entre otros. Era como estar en un festival, le preguntaba al profe a que hora iba y me decía la hora del guanteó. Era muy divertido ir los sábados. Pero el mayor referente que tengo y que más me ayudó en ese momento era Juan Velasco.
¿Cuándo estabas por hacerte profesional, pensaste que tu situación económica cambiaría por empezar a cobrar bolsas?
Mi objetivo siempre fue hacerme profesional joven, nunca pensé en la plata, casi nunca fue un privilegio o algo a lo que apunté cuando empecé en el deporte. Ni ahora, te diría que pienso en el dinero.
En tu brazo derecho tenes tatuado un rosario ¿Qué significado tiene para vos?
Mi tío me hizo muy devoto de la Virgen de Luján. Fui caminando tres años y llegó un punto en que no pude ir más por un tema de lesiones y demás. Ya no me hacia bien ir, no lo disfrutaba y decidí tatuarme y no ir más caminando.
Muchos boxeadores tienen tatuado su apellido en la espalda ¿Por qué elegiste hacértelo en el pecho?
Lo quise mucho y como en la espalda lo tienen muchos, decidí hacérmelo en el pecho, tenerlo en frente. Mejor, me gusto más la idea, más original.
¿Cómo viviste el día previo a debutar como profesional ante Fernando Demarco?
Por unos problemas personales en casa, en ese momento vivía con mi mamá en Solano, no fue un recuerdo muy grato. Pero nunca fue problema eso, siempre tuve el objetivo claro, buena concentración. No me desviaba mucho, pero si, después comprometido, bien entrando y era lo más importante en mi vida, el resto era secundario.
¿Qué sentiste el día después de haber noqueado en el debut?
Muy contento, creo que terminó bastante más rápido de lo que esperaba cualquiera de nosotros así que fue algo positivo para mis compañeros y para mi. El lunes ya quería entrenar, aunque el Profe me había dado unos días de descanso. Estaba muy motivado.
Perdiste tu invicto ante Bermúdez en tu novena pelea ¿Qué análisis haces de ese combate?
Fue una muy buena pelea ante un muy buen rival. Me sentí ganador cien por ciento y estuve cómodo todo el combate. Era un rival técnico, prolijo, no era desordenado, no me pego cabezazos o algo por estilo para sentirme incomodo o mal por el resultado. Pero rescato que me hizo entrenar mucho más duro a pesar del resultado. A veces el fallo de la pelea es secundario, uno trata de seguir creciendo como boxeador y estar más cerca del objetivo.
¿Qué te dejó de positivo y de negativo esa derrota?
Como toda pelea deja algo positivo y negativo. Siempre hay que mejorar no solo por ser derrota tiene que hacer más ruido que otra. Todas las peleas son iguales hasta los títulos son secundarios, por ahora. Si llega uno del mundo lo tomaremos de otra forma. Pero hoy en día es así.
Siendo uno de los referentes boxísticos del Almagro Boxing Club ¿Cómo te manejas con los chicos y chicas que se acercan al club a dar sus primeros pasos en el boxeo?
A todos se los ayuda, boxísticamente, de la misma manera. Emocionalmente, después terminamos siendo todos amigos y compañeros. Así nos educó a todos el Profe Albelo.
¿Cuál es tu actitud en los guanteos ante boxeadores de poca experiencia?
Depende, no hago tanto con boxeadores de poca experiencia. Tengo la suerte de tener compañeros con muchas peleas de amateur. Puedo guantear tranquilo y si no tengo que guantear, no lo hago, no hay problema. La idea es acostumbrarse a hacer bien y con buen ritmo. A mi y a ellos, que después claramente no va a ser lo mismo que le de ritmo yo o un pibe que tenga 15 peleas amateur.
¿Qué le incorporaste a tu boxeo en la etapa profesional que no tenías en la amateur?
La postura, creo. Ser un poquito más firme. Moverme lo justo y necesario. Economizar el aire. Como amateur eran tres rounds en los que había que tirar todo hasta que termine la pelea. En profesional hay que ser un poquito más inteligentes sabiendo usar la nafta que tiene uno, la energía. No tirar por tirar, que valga la pena presionar al rival, mover la cintura o pasos atrás si voy a contragolpear o si el rival va tirar una mano fuerte. Estas atento a eso porque no es lo mismo una piña con un guante de 12 onzas y de un amateur a uno de 8 onzas de un profesional. Cambia un poco, dicen que la carrera de un boxeador es tan larga, como tan dura sean sus peleas y uno si tiene peleas muy duras siempre, no va a durar mucho. Por eso no hay que recibir tanto castigo.
¿Trabajas o te dedicas completamente al boxeo?
Me dedicó completamente al boxeo, pero también trabajo de boxeo. Doy clases, las justas y necesarias para que me ayude a subsistir, también tengo amigos que me bancan en todo esto para cuando necesite pagar cuentas pueda seguir enfocado y entrenando. No es fácil, pero todo llega hay que segur trabajando duro. Si estas comprometido de verdad, todo llega.
¿A qué boxeador argentino de tu categoría te gustaría enfrentar?
No tengo un boxeador argentino que quiera pelear, no me interesa alguien en especial. Peleo con el que programen, con título sin título, los buenos rivales son los que nos hacen crecer, así vamos, seguimos sumando.
¿Cómo es Fernando Albelo como entrenador?
El Profe es como un amigo, un padre, un compañero, abarca todo eso. Está como el pilar de todo el grupo. El nos dio las herramientas para saber entrenar. No es que sin el no podemos hacer nada. Tranquilamente cada uno por su cuenta sabe lo que tiene que hacer.
¿Alguna vez sentiste miedo arriba del ring?
No se si es miedo la palabra. Uno está concentrado ahí, se entrena y prepara para eso. El Profe dice: 'Uno cuando tiene una prueba en el colegio de vez en cuando, te pone tenso, nervioso, lo saca de su zona de confort. Ahora si uno tiene prueba todos los días, no vas a tener tantos nervios o miedo, no vas a sentir lo mismo'. No se si es a favor o en contra, pero después de hacer esto tantas veces en la carrera, las sensaciones cambian, esa es la verdad.
En la Argentina ¿El boxeo es un deporte o un trabajo?
No sé como decirle. Pero si es a que uno pueda vivir del boxeo, la respuesta es no. El boxeo es ciento por ciento amor al deporte. El que quiere ganar plata acá en la Argentina está complicado, creo. Pero si tiene condiciones y puede alimentarse, entrenar y descansar bien, medianamente, creo que el día de mañana va a poder vivir del boxeo. Pero acá en Argentina para nada, no se puede.