Por Avelino Zurro.
"Si un combate de boxeo es una historia, es siempre una historia caprichosa, una en la que cualquier cosa puede suceder. Y en cuestión de segundos (…) En ningún otro deporte pueden ocurrir tantas cosas en tan breve lapso, ni de modo tan irrevocable."
Joyce Carol Oates. Del Boxeo.
Trescientos sesenta y cuatro días pasaron. Faltó solo uno para completar un año calendario. En ese periodo de tiempo transcurrieron las dos últimas fiestas anuales de premiación de la Unión de Periodistas de Boxeo en la República Argentina (UPERBOX). El 22 de mayo de 2017 se celebró la que premió a los destacados del año 2016 y el 21 de mayo de 2018 la que encumbró a los púgiles que brillaron durante el 2017. En la primera, Adrián Luciano "Chucky" Verón fue uno de los ternados al mejor knock out del año. En la segunda, participó de manera indirecta en la misma terna, pero esta vez por haber sido noqueado por Cesar "La Joya" Barrionuevo.
En el boxeo, el tiempo es testigo privilegiado de las vueltas que puede dar una carrera o incluso la vida misma de un púgil. Estos giros los podemos medir con un cronómetro o con un calendario, para recordar que quien había producido el knock out más explosivo del país en el año 2016, trescientos cincuenta y cuatro días después era el que sufría la definición más espectacular del año 2017.
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El despegue
Faltaba un minuto con quince segundos para terminar el tercer round y Alejandro "La Furia" Ramírez viajaba desmayado hacia la lona del ring. Un brutal derechazo impactó en su cabeza y fue un pasaje para un viaje de un segundo. Al verlo desparramado sobre la lona, el juez ni arrancó la cuenta de protección. Directamente llamó al médico. Ramírez tardó unos cuantos minutos en recomponerse. El ejecutor del golpe fue Adrián Luciano "Chucky" Verón, quien de esa manera retenía el título Latino de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), en la categoría welter junior.
De esa definición infernal, nacieron dos caminos. Uno, oscuro, para Ramírez, ya que después de semejante derrota su futuro en el boxeo está relacionado con el aparente abandono de la actividad. Y otro, lleno de luces, para Verón. De esa victoria categórica obtuvo dos logros significativos. El primero, estar ternando a los Premios Firpo 2016 de la UPERBOX; en este caso, al mejor knock out del año. El segundo, disputar el título argentino welter junior con Cesar "La Joya" Barrionuevo.
Para ese entonces, Adrián tenía 27 años. Oriundo de la ciudad de Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, era considerado por los especialistas como uno de los hombres fuertes en su categoría y con posibilidades de un despegue internacional.
Formado boxísticamente por su padre Roberto, padre e hijo iniciaron el ciclo amateur con la primera pelea, a sus 14 años. Siguieron juntos durante la etapa profesional. En la pelea número quince, Adrián perdió su invicto con Cristian Néstor Romero. Luego de esa derrota cambió de entrenador. Asumió la dirección técnica Eduardo "Tommy" Zalazar. Ese movimiento en la esquina del boxeador no se debió a cortocircuitos boxísticos por haber llegado la primera derrota, sino que obedeció a un problema de salud que afectaba la movilidad de su padre.
Con Zalazar como técnico, Adrián disputó seis peleas, ganándolas a todas. La mitad fueron por la vía del knock out, destacándose las definiciones categóricas ante el duro Ramón de la Cruz Sena y Alejandro Ramírez.
Superado el problema que aquejaba al padre, Zalazar dejó la dirección técnica y todo volvió a quedar en familiar.
Hasta ese momento, Adrián sostenía un récord profesional de 18 peleas ganadas, 12 de ellas por knock out. Con una efectividad del 67% para finalizar los combates sin llegar a la lectura de las tarjetas y con una sola derrota en su haber, la cual fue vengada seis meses después de haber cedido el invicto.
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La premiación
"Gloria y Drama del Boxeo Argentino" fue el nombre elegido para la fiesta de premiación de UPERBOX por lo ocurrido en el año 2016. Los premios que se entregan son los Firpo, en honor a Luis Ángel Firpo, el toro de las Pampas, primer boxeador argentino en disputar un título del mundo, el 14 de septiembre de 1923, en Nueva York, contra el campeón norteamericano Jack Dempsey. Esa pelea fue histórica. Firpo lo sacó del ring a su rival, que volvió al cuadrilátero más de 20 segundos después y con ayuda de terceros. Recuperado el campeón, retiene su título por knock out en el segundo round. Esta pelea legendaria determinó que el 14 de septiembre fuera el "día del boxeador" en Argentina y el apellido del toro de las pampas se estableciera como sinónimo de premiación en el boxeo.
Durante la ceremonia de los Firpo se recordaron, a través de varias anécdotas, los distintos matices que vivió el boxeo argentino en su historia. Se distinguieron a familiares del Mono Gatica, Goyo Peralta y Ringo Bonavena, entre otras leyendas.
En el salón Diquit, en el porteño barrio de Villa Devoto, se iba a premiar a los ganadores de las siguientes ternas: mejor púgil en el campo nacional, internacional y mundial; mejor boxeadora, revelación, mejor amateur, mejor knock out, mejor pelea e hidalguía deportiva.
"Chucky" Verón compartía su trío con la leyenda del boxeo femenino, Marcela "La Tigresa" Acuña, y con la joven promesa, que ya descolla en el ámbito internacional, Fabián "TNT" Maidana.
Así, el 22 de mayo de 2017 y promediando la mitad de la fiesta, "Chucky" Verón, que lucía impecable traje negro con moño bordó, se alzaba con el premio Firpo al mejor knock out del boxeo argentino en el año 2016.
Ya con el premio en sus manos, Adrián concede un reportaje al periodista José Valera. Luego de las declaraciones de rigor, termina con una frase en la cual señala su destino: "Voy a buscar mi techo". Decodificándolo, quiso decir: "Quiero ser campeón del mundo".
El futuro tenía las puertas abiertas.
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Preparación en Las Vegas
Finalizados los festejos, comienza la preparación para su pelea más importante. En octubre enfrentaría a Cesar "La Joya" Barrionuevo por el título argentino de la categoría welter junior, en la que para muchos era la pelea del año.
El combate recibió ese mote porque en nuestro país los mejores boxeadores no se enfrentan entre sí. Los promotores, al ver que tienen en sus manos un buen púgil, deciden armarle una carrera sin sobresaltos para llevarlos al mercado internacional. De esta manera, las figuras de cada categoría hacen su camino sin cruzarse unas con otras. Al duelo Barrionuevo vs. Verón no se le puede aplicar lo dicho anteriormente. Tanto uno como otro, en sus récords, acumulaban peleas duras.
Pero no dejaba de ser la pelea del año. Habría que remontarse, hasta el 2007, cuando se enfrentaron Sebastián Lujan contra Walter Matthysse, para recordar un combate entre los mejores boxeadores de una misma categoría.
Para tamaño compromiso, el equipo que entrenaba a Verón, liderado por su padre Roberto, decidió hacer un campamento de 25 días en la ciudad norteamericana de Las Vegas, bajo la supervisión del afamado entrenador argentino Miguel Díaz. El término "campamento" es utilizado por la elite del boxeo mundial, principalmente en Estados Unidos, donde los boxeadores preparan sus peleas de campeonatos en destinos alejados de todo tipo de distracciones, pero con las mejores comodidades para entrenar y descansar. Uno de los más conocidos era el que tenía Oscar de la Hoya en las montañas de Big Bear, en California.
No es común, en los boxeadores que combaten a nivel nacional, realizar una preparación en el exterior. Chucky lo hizo. Viajó con Fabián Martino, de la empresa que lo representa, y con su padre.
Verón describió esa experiencia como "haber estado en otro mundo, por algo es el primer nivel y cuesta tanto llegar hasta ahí". Señaló que "Miguel Díaz es una gran persona y un gran profesional". Finalizado el campamento, el reconocido entrenador despide a Verón manifestándole que tenía muchas chances de ganarle a Barrionuevo.
Y así llegó al día del combate, con la mejor preparación de su carrera y con su rival perfectamente estudiado. Sin lugar para sorpresas o contratiempos.
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La pelea del año
El sábado 7 de octubre, en el Polideportivo Roberto Pando del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, Verón y Barrionuevo se encontraron arriba del ring.
Comenzó la pelea y los dos primeros rounds fueron para Barrionuevo, quien dejó ver su actitud de "estar en pelea", en contraposición de Verón, que lucía atado.
En el tercer y cuarto round, Verón es el que toma la iniciativa y empareja las acciones. Sumado a un corte que sufre Barrionuevo, en la ceja derecha, por un choque involuntario de cabezas.
El quinto round se va con una leve ventaja para La Joya, a pesar del goteo de sangre en su herida.
Sexto round. Faltando un minuto con cuarenta y dos segundos, cambia drásticamente el destino pugilístico de Verón. Chucky lanza a fondo su mano izquierda, su mejor y más potente golpe, como para venderle a Barrionuevo el mismo pasaje a la lona que un año antes le había dado a La Furia Ramírez.
En ese instante, de ataque dirigido con su principal arma, daba la impresión de que si encontraba la cabeza de su rival en el camino, lo sacaba del ring como Firpo a Dempsey. Pero, esta vez, el destino y la habilidad de Barrionuevo tenían distinto pasaje para Verón. La Joya, ante ese ataque, hace cintura y con una precisión de orfebre conecta a su adversario con un izquierdazo en la zona del tímpano para cerrar, como dicen los manuales, con un derechazo al mentón.
Definición magistral. Knock out en el sexto round. Barrionuevo retiene su título. Revancha obligatoria y directa firmada para los próximos meses.
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La Revancha
Veinte de enero de 2018, fecha asignada para la revancha. Noventa y dos días después de la primera pelea. El lugar elegido es la ciudad capital de Catamarca, en el polideportivo Fray Mamerto Esquiu, donde Barrionuevo es local.
Verón vuelve a prepararse muy bien. Esta vez no hay viaje a Las Vegas, pero el entrenamiento fue a conciencia y con la fe suficiente como para dar vuelta la historia.
Ya con los dos púgiles arriba del ring, durante la presentación se ve a un Verón eufórico, saltando y golpeándose el pecho, como diciendo: "acá estoy yo y vengo a poner las cosas en orden".
Pero apenas comenzó el primer round, Barrionuevo sentó a Verón en la lona, literalmente, con una derecha en cross. Adrián se levantó, pero La Joya sabía que si aceleraba el trámite, el combate no se extendería mucho más. Y así fue, la pelea finalizó cuando expiraba el primer episodio, con un Barrionuevo atacando sin parar y con un Chucky Verón que no pudo hilvanar respuesta alguna. El ganador retiene su título y dispara su carrera para el plano internacional.
Todo definido para Adrián. Más oscuro, imposible. Del boxeador que en mayo del 2017 los periodistas especializados consagraban como el mejor noqueador del año, a caer en la lona a manos del muy buen boxeador que es César "La Joya" Barrionuevo", primero en milimétrica pelea que termina perdiendo por knock out y después en una revancha apurada, en la que los efectos físicos y mentales de la primera no habían cicatrizados.
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Con los resultados puestos de los dos combates, el destino boxístico de "Chucky" parecería escrito. De hecho, en algunas veladas boxísticas y en distintos gimnasios, se escuchaba la misma versión: cuelga los guantes, se retira. En una charla exclusiva con En el deporte tengo todo durante abril del 2018, Adrián "Chucky" Verón dio por tierra a los comentarios que circulaban sobre su futuro. Según relató, horas antes de la revancha en Catamarca, Chucky, que ya estaba preparando el bolso para partir rumbo al polideportivo, descubre a su padre descompuesto en el baño. Lo asiste junto con su equipo y, una vez recuperado Roberto, parten todos hacia el estadio en busca de la revancha.
En camino hacia el Fray Mamerto Esquiu, un mal presentimiento sobre la salud de su padre le quebró la concentración para lo que estaba por venir.
Ya sobre el ring, junto a Barrionuevo, a segundos de escuchar el campanazo que indica el primer round, Verón siente diversas sensaciones que lo hacen saltar y golpearse el pecho, tal cual se ve en los videos de You Tube.
Un combo conformado por un polideportivo colmado de catamarqueños alentado a su coterráneo y las sensaciones vividas con su padre en el baño del hotel, llevó a que todo lo planeado para contrarrestar a La Joya desapareciera. Ni bien escuchó la señal de salir a combatir, dejó de lado la estrategia pergeñada y fue a cruzarse con el duro noqueador catamarqueño. El resultado no fue el esperado: noqueado en el primer round y con la serie definida ampliamente a favor de Barrionuevo. Por supuesto, con gran hidalguía deportiva, Adrián no restó ni un centímetro de mérito a la inobjetable producción de La Joya.
Esa sensación de preocupación que vivió antes de la pelea se confirma hoy en día con la lucha que lleva el padre contra una dura enfermedad.
El tiempo aparece nuevamente como testigo del "caso Verón". Trescientos sesenta y cuatro días después de haber sido premiado como el mejor knock out del año 2016, ahora lo ve como parte del mismo premio pero del año 2017, que recibió Cesar Barrionuevo al haberlo vencido categóricamente.
Y así, con todo lo vivido en los últimos trescientos sesenta y cuatro días, decide encarar su carrera boxística como lo hace con su propia vida, sin esquives o cinturas mediantes, confiando en el poder de sus puños y con su capacidad de recuperación para dejar sobre la mesa la certeza de que volverá lentamente a entrenar y que pretende combatir en julio o agosto de este año.
"Los ganadores nunca se rinden y los que se rinden nunca ganan", reza un tatuaje sobre su brazo izquierdo.
Simplemente, Gloria y Drama en la vida de Adrián Luciano Verón.