Por Avelino Zurro.
Lucas Matías Montesino es boxeador profesional con 15 combates en su récord.
Tuvo un destacado pasado como amateur pero la pelea más importante de su vida la dio en un hospital cuando se recuperó de paludismo contagiado en Nigeria, al ir a combatir por un título de la WBF.
Estuvo más de 40 días internado al borde de la muerte. Volvió a su casa en silla de ruedas, con una baja notable de peso y con la tarea de aprender nuevamente a caminar, entre otras cuestiones relacionadas con su salud.
Matías se recuperó, decidió volver a pelear, ganó dos peleas después de superar a la muerte y en la primera posibilidad por título que tuvo, perdió ante Matías Leiva.
En esta entrevista indagamos cómo se toma las derrotas arriba del ring después de haber estado tan cerca de la muerte:
¿Cómo fue tu campaña de amateur?
Muy buena, hice 61 peleas, ganando la mayoría. Enfrenté rivales como Agustín Quintana, Alexis Torres y Junior Alanis. Participé en varios torneos de los que fui campeón y en otros estuve en el podio: torneos Evita, Liga Bonaerense, torneos provinciales y nacionales como el de Formosa y Salta.
¿Cuántos familiares boxeadores tenes?
Mi papá (Raúl Montesino campeón argentino y sudamericano), mi mamá que llegó a competir y también tíos y primos.
Cuando estabas por pasar al profesionalismo ¿Qué sueños tenias? ¿A qué aspirabas?
Aspiraba a mucho más de lo que estoy en este momento. Pensé que a los 25 ya iba a ser campeón.
Después de la larga agonía que casi te cuesta la vida por el paludismo contagiado en Nigeria ¿Por qué decidiste volver al boxeo?
Volví porqué probé y sentí que podía, me puse muy fuerte nuevamente y ahora estoy peleando en el primer nivel de la Argentina. Estoy muy confiado que dentro de muy poco voy a volver a dar que hablar.
¿Qué te dio el boxeo hasta ahora?
Todo. Formé mi familia junto a mi señora y mi hijo. Me dio lujos como poder comprar mis primeras motos, mis primeros autos, conocer lugares, hoteles, playas hermosas y viajar hacia otros países. Para mí es un estilo de vida.
¿Qué te sacó el boxeo?
Yo creo que nada más allá de un par de amigos que estaban de más, tal vez, o gente que te quieren ver bien pero no mejor que ellos.
¿Alguna vez tuviste miedo arriba del ring?
No, jamás. Creo que si tuviera miedo no lo haría. Me identifico como un hombre valiente con mentalidad ganadora y siempre que tengo a mi rival enfrente o en cada pelea, dejo todo de mí.
¿Cómo es la vida de un boxeador en Trelew?
Es complicado, en una ciudad chica donde nos conocemos todos. Lo mejor para triunfar es salir, pero es difícil abandonar tus cosas e irte así nomás.
Habiendo vivido todo lo que te paso ¿Cómo se toma una derrota en una pelea por título como la que hiciste con Matías Leiva?
Primero un poco enojado y desilusionado conmigo mismo. Después pienso que mientras yo estaba intentando volver a caminar, mis rivales ya hacían 10 rounds y peleaban por títulos. Eso ya paso y ahora estoy en la primera línea de nuevo.
¿Te ganó Leiva o perdiste vos?
Me ganó porque peleas son peleas. Le salieron todas. A mí no me salió nada. Jugaron muchas cosas en contra, pero no hay excusas. Algún día habrá revancha.
¿Cómo es tu rutina de entrenamiento?
Entreno de lunes a sábado. Generalmente doble turno. A la mañana con mi preparador físico, a la tarde hago boxeo con mi papá y otro entrenador. Estaba programado para combatir en abril en Tierra del Fuego, pero se cayó el evento.
¿En qué pensas durante los entrenamientos?
Entreno a conciencia preparándome para una futura pelea, siempre pienso en entrenarme bien y deseo volver a pelear en el exterior.
¿Cuántas veces por mes tendrías que pelear para poder vivir exclusivamente del boxeo?
Y con una o dos veces al mes creo que podría alcanzar. Depende de la calidad de vida de cada uno.