Por Avelino Zurro
Yesica Palmetta, integrante de Boxeadoras Argentinas y Cerca del Ring, contesta el cuestionario que le hacemos a los especialistas en nuestra materia. La autora del libro "La Novia del Boxeo", sobre la vida de la multicampeona Yesica "La Tuti" Bopp, gentilmente respondió lo siguiente:
1-¿Cómo te iniciaste en el periodismo especializado en boxeo?
Todo empezó con mi hermano: él comenzó su relación con el boxeo a los catorce años, mientras que por mi parte, con tres años más que él, estaban los estudios y las constantes trasnochadas. Siempre pensé ser pediatra o forense. Si, lo sé, nada que ver. Empecé a cursar el Ciclo Básico Común (CBC) de la Universidad de Buenos Aires para ingresar a la carrera de medicina. En paralelo para mis veinte años arranque a entrenar en el gimnasio de la cancha de Tigre, con Claudio Moreno donde estaba Beto por entonces. Desde mis diecisiete años trabajé como camarera. Esta razón, la carga horaria del trabajo y demás cuestiones personales, me llevaron a desistir de la carrera de medicina. Siempre me gustó la lectura y escribir para mí. Realicé una pelea exhibición en Tigre, me fasciné. Frecuenté cada evento del Club Cornelio Saavedra en Virreyes, del Atlético de Béccar, entre otros escenarios. Por entonces me hice amiga de Lautaro Moreno, quien dirigía la revista digital Ring de Ideas y me invitó a escribir un par de notas para el sitio. Entre charlas de veladas, me dijo: "por qué no estudias periodismo" y me sugirió la escuela de Quique Wolff en San Isidro. Honestamente, jamás se me cruzó por la cabeza ser periodista hasta ese momento. En el 2008, ya cubría veladas y di comienzo a mi formación académica, que concluí luego en el Círculo de Periodistas Deportivos.
Para diciembre de 2008, en el Luna Park, cuando terminaron todas las peleas y el lugar quedaba poco a poco vacío, lo vi al borde del ring a Carlos Irusta y me dije:" tengo que hablarle". Me acerqué, me presenté y me invitó al programa a la semana siguiente, del que forme parte unos meses. Luego por cuestiones de horarios quedé solo como colaboradora en su revista "Ring Side".
Tuve muchas idas y vueltas con el boxeo, porque debía trabajar y se me hacía difícil sostener ambas cosas más los estudios. Para mediados del 2012 tomé distancia definitiva, luego con las nostalgias me comuniqué con Irusta para volver a escribir. En octubre de 2014, Charly Rodríguez me convocó para ser parte de equipo del programa "Iluminados por el Box" que se emitió por Radio Belgrano. Allí fui productora periodística con Mariano Oliveros, como conductor, Leonardo Benatar, Ernesto Rodríguez y Axel Maidana. Esa fue una de mis mejores experiencias como periodista. Para el verano del 2017, Gustavo "El Capitán" Fernández, me contactó para ser parte de Cerca del Ring y Boxeadoras Argentinas, aceptando dicha propuesta de forma inmediata. En aquel entonces, cuando Gus me llamó, estaba más decidida a dejar todo el periodismo que otra cosa, porque es inevitable no pensar en el futuro económico de uno y las ansias de progresar y en el boxeo no lo estaba encontrando, lo que me generaba desgano y desinterés. Con los chicos de Cerca del Ring me reencontré con mi pasión por el boxeo y aprendo mucho junto a ellos. De todos los profesionales con los que he compartido labores me ha quedado una enseñanza. Hoy me siento más involucrada que nunca.
2-¿Cuáles son tus referentes en esta profesión?
En mi primer año de la carrera de periodismo, Osvaldo Principi, Julio Ernesto Vila y Carlos Irusta han marcado mucho mis primeros pasos, así como mis colegas Romina Arroyo y Silvana Carsetti a quien entreviste para una revista de boxeo feminista que hice para la facultad. Luego la lista se fue expandiendo. Hay una de las mujeres periodistas del mundo del boxeo que me gusta mucho: Claudia Trejos.
3-¿Cómo te mantenes informada?
Suelo leer diferentes sitios webs de noticias, pero uno se nutre mucho más en los eventos, en el vivo con los protagonistas, los boxeadores y en las charlas con otros colegas.
4-¿Has practicado boxeo en algún momento de tu vida?
Si, hasta quise ser boxeadora, pero todo quedó en una exhibición.
5-¿Cuáles fueron los tres mejores combates que has visto en vivo?
Ufff. ¡Qué difícil! Han sido varios, pero voy con las primeras que se vienen a la mente. Por un lado, la noche del Luna Park, del 4 de diciembre de 2009, que tuvo como protagonista entre las peleas complementarias a Yésica Bopp. Cuando se dio la entrada de la Tutti para mí fue muy fuerte. Me provocó un terrible cosquilleo. Había un gran ambiente, con una música que me hacía vibrar los huesos. Además el público se puso de pie y le gritaban desde su camino al ring hasta el inicio del primer asalto. Era la primera vez que la veía pelear, si bien la conocía, nunca la había visto, y quedé hipnotizada por su estilo, la lucidez de sus movimientos, la prolijidad, como acompañaba los golpes con las piernas, la velocidad. Miles de pensamientos se me pasaban por la cabeza. Me generó mucha adrenalina la pelea frente a la venezolana Ana Fernández (ya que estoy aclaro que en el cierre del libro sobre su vida, me equivoqué al poner la nacionalidad de Fernández. Así que aprovechó para hacer la aclaración. Cuando me di cuenta ya estaba en proceso de impresión) cuando se coronó campeona mini mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Recuerdo que esa noche fui a ver a un compañero del gimnasio que se llama Diego Loto y además peleó de fondo el Tyson del Abasto, Víctor Ramírez.
Después, otra del Luna, que no es que sea de los mejores combates, pero de uno de los que he visto en vivo y me provocó una gran conmoción (al igual que cuando vi caer en la FAB a Schinina frente a Maestre en el marco de la Serie Mundial de Boxeo), que fue la pelea de Mariano Carrera con el uruguayo Noé González. Esa noche, 20 de agosto de 2009, mi tarea asignada era con la mendocina Yesica Marcos, una vez que logré la entrevista con ella, me dediqué solo a observar. Los espectadores, claro, arengaban por nuestro boxeador que venía desarrollando una dramática e intensa pelea a su favor hasta que una mano le cambio toda la película en el cuarto round y le dejó no solo una fractura de mandíbula sino también el retiro. Me quedé unos minutos con las manos en la boca, no lo podía creer: en el primer round cayó González y Mariano iba llevando la pelea, hasta el segundo asalto, bastante bien. Pero cuando en el tercero recibe el ascendente que le sacude la cabeza y lo tira, ahí se olía el desenlace que llegó con un izquierdazo en el cuarto. Tremendo.
Por último, voy a citar a Lucas Matthysse en el Buenos Aires Lawn Tennis Club cuando noqueo al colombiano Florencio Castellano en el cuarto asalto. La pelea era por el título latino súper ligero. No sé si lo recuerdo más por la lluvia que no afectó en absoluto a la velada por la estructura ( el ring estaba bajo la protección de una carpa) que por la pelea en sí misma, ya que el triunfo para Lucas fue fácil, pero para mí era la primera vez que lo veía pelear en aquel noviembre de 2009. Las combinaciones potentes de Matthysse desgastaron al púgil extranjero hasta llegar a la definición.
Me tomo el atrevimiento de agregar una más, que para mí fue una pelea impecable, de las que te ponen en alerta y vuelan las vueltas. Brian Castaño en su triunfo frente a Sergiy Derevyanchenko en el Cedem n° 2 de Caseros por los cuartos de final de la Serie Mundial de Boxeo en el 2013. A Castaño lo conocí en el 2009 cuando empecé a frecuentar los entrenamientos de la Selección en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), por lo que le tome cariño y desde que lo vi guantear por primera vez dije que es una ametralladora, cuando te engancha con un golpe, tira diez seguidos. Ese combate fue pura tensión, el arranque lo tenía como líder sobre la lona al local, pero a partir del segundo se prendió fuego el ring con los intercambios entre los boxeadores de altísimo nivel boxístico.